Historial de la refrigeración

En la Grecia antigua se utilizaban esclavos para el transporte de nieve de las montañas que almacenaban en paja se utilizaban en los meses calurosos de verano. Los egipcios colocaban vasos confeccionados en material poroso, lleno de agua fuera de sus casas durante la noche. El viento frío del desierto resfriaba el agua por la evaporación de la humedad.
Actualmente disponemos de medios para producir refrigeración en cualquier estación del año, pero fue a partir de 1923 que la refrigeración tomó su gran impulso con el advenimiento de la unidad mecánica abarcando desde la fabricación de helados la conservación de la leche y productos perecederos.
La refrigeración puede ser producida de varias maneras, pero la forma más simple sería mantener en contacto dos sustancias una caliente y otra fría. El calor fluyendo de la más caliente a la más fría proporcionará en determinado momento, un equilibrio térmico, es decir, igualará la temperatura de ambas sustancias. Esto es lo que pasa cuando ponemos un vaso de leche caliente para enfriar dentro de un recipiente con agua fría. La leche cede calor al agua, que a su vez se calentará hasta que ambos alcancen un mismo nivel de temperatura.
Conviene también la observación de que la refrigeración no es un proceso de adición de frío, como normalmente se piensa y sí de remoción de calor. El refrigerador doméstico no añade frío en el interior del gabinete, sino que retira el calor de los alimentos almacenados en él.