La opción entre el amoníaco y los refrigerantes halogenados pueden ser inmediatos si tomamos en consideración las características de toxicidad, inflamabilidad e incompatibilidad del amonio con algunos materiales, sin embargo termodinámicamente ecológicamente y económicamente el amonio lleva ventajas que ningún refrigerante
puede atender.
En virtud de presentar un calor latente de vaporización superior, el caudal para una determinada capacidad de refrigeración, de una instalación de amoníaco es de orden de 1/7 a 1/10 de la correspondiente a los refrigerantes halogenados. Esta característica es importante en sistemas de recirculación de líquido, lo que implica una menor potencia de bombeo.
Ecologicamente el amoníaco es el único fluido refrigerante en abundancia en la naturaleza y por lo tanto no perjudica el efecto invernadero (GWP = O), ni agrede la capa de ozono (ODP = O).
Las ventajas de la utilización del amoníaco son grandes, pues el costo inicial de la instalación a un primer momento es alto, pero teniendo en cuenta la cantidad y el precio por Kg una instalación de amonio tiende a pagarse, pues el costo del amoníaco, es de orden de 7 a 10 veces inferior a los halogenados.