Generalmente, en las instalaciones residenciales, los conductores son enhebrados en el interior de electroductos y pasan por curvas y cajas de paso
hasta llegar a su destino final, que, casi siempre, una caja de conexión de 5 x 10 cm o 10 x 10 cm instalada en las paredes o una caja octogonal situada en el techo o forro.
Además, en muchas ocasiones, hay varios conductores de diferentes circuitos en el interior del mismo electrodo, lo que hace que el trabajo de enfado más difícil aún. En estas situaciones, la experiencia internacional viene comprobando desde hace muchos años que el uso de cables flexibles, con clase 5, como mínimo, reduce significativamente el esfuerzo de dirección de los conductores en los electroductos, facilitando también
la eventual retirada de los mismos. De la misma forma, en los últimos años también los profesionales del área de electricidad han utilizado cada vez más los cables flexibles en las instalaciones eléctricas en general y en las residenciales en particular.