Las principales propiedades de un buen refrigerante utilizado en un sistema de refrigeración son:

Condensando a presiones moderadas;
Evaporar a presiones superiores a la atmosférica;
Tener un volumen específico pequeño;
Tener un alto calor latente de vaporización;
Ser químicamente estable (no cambia a pesar de los cambios repetidos en el circuito de refrigeración);
No seas corrosivo;
No ser inflamable;
No seas tóxico
Debe permitir la fácil localización de fugas;
No debe atacar el aceite lubricante ni tener efectos indeseables en los otros materiales de la unidad y
No debe atacar ni estropear los alimentos en caso de fugas.
No debe atacar la capa de ozono, en caso de fugas.