El olor agresivo provocado por el amoníaco es una característica significativa. Debido a
gran facilidad para disolverse en el agua, el amoníaco acaba impregnándose en la piel,
en la mucosa de las narinas, en la garganta y en los ojos. Esto provoca una irritación muy fuerte y por reflejo condicionado los ojos se cierran y es difícil la respiración. en
Las concentraciones más altas se produce un efecto corrosivo en la mucosa de las narinas
provocando más allá de la dificultad de la respiración, dolor en el pecho, tos y disnea.
En concentraciones muy altas, puede provocar paro respiratorio e incluso después de horas de exposición puede ocurrir edema pulmonar. Pero si poco después de los síntomas
desaparecer (tos, dolor en el pecho), esto indica que no hay mayores riesgos.
El amoníaco líquido o el gas a baja temperatura pueden causar fuertes quemaduras en
piel si no hay ninguna protección.
También la solución aqua-amoníaco puede provocar quemaduras debido al pH alto de la
solución, por lo tanto, después de una purga de amoníaco en un tanque con agua, se debe tener mucho cuidado con el vaciado del mismo,