Mantener limpios los componentes de los sistemas, tales como bandejas, serpentinas, humidificadores, ventiladores y conductos, para evitar la difusión o multiplicación de agentes nocivos para la salud humana y mantener la buena calidad del aire interno.
Utilizar en la limpieza, solamente productos biodegradables, debidamente registrados en el Ministerio de Salud para ese fin.
Verificar periódicamente las condiciones físicas de los filtros, mantenerlos en operación y sustituirlos cuando sea necesario.
Restringir el uso del compartimiento donde está instalada la caja de mezcla del aire de retorno y el aire de renovación, al uso exclusivo del sistema de climatización. No utilizar en el mismo compartimiento, materiales, productos o utensilios.
Preservar la captación del aire externo, libre de fuentes contaminantes externas, que presenten riesgos para la salud humana y dotarla como mínimo de filtro clase G1 (Particulados Grossos con Eficiencia entre 60 y 74%).
Garantizar la adecuada tasa de renovación de aire de interior de ambientes climatizados, es decir, como mínimo de 27 m³ / hora / persona.
Descartar las suciedades sólidas, retiradas de los sistemas, después de la limpieza, acondicionadas en bolsas de material resistente y porosidad adecuada, para evitar el esparcimiento de partículas inhalables.