El aire acondicionado es un gran aliado en los días calurosos, pero su uso puede incrementar significativamente la factura de la luz si no se gestiona bien. Sin embargo, con algunas prácticas sencillas, es posible mantener el confort térmico sin comprometer el presupuesto. Conoce los principales consejos para ahorrar energía al utilizar el aire acondicionado.
1. Elige un electrodoméstico eficiente
Al comprar un acondicionador de aire, verifique la clasificación del sello Procel. Los modelos con sello A son más económicos y consumen menos energía. Además, los dispositivos con tecnología inverter ajustan la potencia según las necesidades, evitando picos de consumo.
2. Ajuste la temperatura correctamente
Mantener el aire acondicionado funcionando a temperaturas extremas puede aumentar el consumo de energía. Lo ideal es regular el termostato entre 23°C y 25°C, garantizando el confort sin sobrecargar el aparato. Cada grado menos puede incrementar el gasto energético hasta en un 8%.
3. Mantener el entorno cerrado y aislado
Para evitar el desperdicio de energía, cierre puertas y ventanas al encender el aire acondicionado. El uso de cortinas y persianas también ayuda a bloquear el calor externo, reduciendo el esfuerzo que debe realizar el aparato para mantener la temperatura deseada.
4. Realice el mantenimiento y la limpieza periódicamente
Los filtros sucios dificultan la circulación del aire, obligando al aire acondicionado a trabajar más y aumentando el consumo de energía. Limpie los filtros al menos una vez al mes y realice controles periódicos para garantizar el correcto funcionamiento del equipo.
5. Utilice el temporizador y el modo económico
La mayoría de los modelos disponen de una función de temporizador, que permite programar el apagado automático, evitando que el aparato permanezca encendido más tiempo del necesario. El modo económico también es una excelente opción para reducir el consumo sin comprometer el confort térmico.
Siguiendo estos consejos podrás disfrutar de los beneficios del aire acondicionado sin preocuparte por tu factura de la luz. ¡Pequeños cambios en tus hábitos hacen una gran diferencia en tu consumo energético y en tu bolsillo!