Los recipientes de líquido deben dimensionarse de modo que el nivel máximo
líquido acumulado ocupe como máximo el 70% del volumen total del recipiente, ya que
existe la presencia del vapor. Esto no significa que el recipiente deba tener el volumen para
absorber toda la carga de refrigerante de la instalación. Normalmente en grandes
instalaciones se recomienda dimensionar un recipiente con volumen de recogida de
al menos el 40% de la carga total de la instalación o que atienda el volumen del mayor
componente del sistema (si el volumen representa más del 40% de la carga total).
El recipiente en funcionamiento normal debe trabajar con un nivel de al menos 1/6 del
volumen total (~ 25% en el indicador de nivel).
Los indicadores de nivel deben ser apropiados para trabajar con amoníaco al alta
presión, con vidrios reflexivos y templados, y cuerpo blindado, de acuerdo con normas
(por ejemplo, DIN 7081). Nunca se deben utilizar aquellos tubos de vidrio con protección pobre, los
que exponen la seguridad del equipo de operación y de la propia instalación. Además,
debe poseer un dispositivo de retención interna (en esfera) que restringe el área de
fugas para un mínimo cuando la despresurización del visor debido a una
eventual quiebra.
